Memoria de las víctimas del holocausto

La sinagoga de Pinkas está dedicada a la memoria de las víctimas del holocausto; los nombres de los judíos checos y moravos que perecieron en los campos de concentración están escritos en las paredes del interior de la sinagoga, sobre todo en las de la nave central. La información de las inscripciones se basa en archivos que se formaron poco después de la guerra gracias a las órdenes de transporte, los registros de llegada y los testimonios de los supervivientes. En las paredes de la sinagoga están escritos los nombres de las víctimas del holocausto con sus fechas de nacimiento y muerte. Aunque la verdadera fecha de fallecimiento es, en la mayoría de los casos, desconocida, y por eso se suplanta con la fecha de deportación a los guetos o a los campos de concentración. Un largo epitafio que recuerda a todos aquellos enterrados anónimamente es el homenaje de la sinagoga de Pinkas a las víctimas desconocidas del holocausto. También forma parte de la exposición una colección excepcional de dibujos infantiles de Terezín que data de los años 1942–1944. Se trata de una selección de dibujos que son un tremendo testimonio del destino cruel de aquellos niños y que, a menudo, son el único recuerdo que queda de los que no sobrevivieron.